Abrieron los ojos y sin quererlo se encontraron frente a un espejo.
Se tocaron sin hacerlo y se volvieron a abrazar en nombre del silencio.
Nada fue un sueño, aunque así lo piensan en estos momentos.
Se fundieron en la noche y de pronto se descubrieron cubiertos el uno con el otro.
Siguieron soñando tal cual sueñan los que tienen alma de niños y poetas.
Pasaron los minutos, las medias horas y al mismo tiempo el tiempo dejó de existir.
Cerraron los ojos, jugaron al amor, al fuego y al miedo.
Escucharon el amanecer sin pensar en la noche... porque la noche era de ellos, las estrellas de las paredes y la luna del techo que los cobijó en el viaje que hicieron ese día sin tiempo ni calendario.
Caminaron en las nubes, cerraron los ojos y jugaron al amor, al fuego, al miedo y a la libertad... jugaron a matar el tiempo y darle vida a la vida, a resucitar los suspiros y a asesinar los temores; jugaron a creer que en un abrir y cerrar de ojos la vida se vuelve vida, la muerte paz, el dolor alegría y la mentira verdad.
Jugaron a que en un abrir y cerrar de ojos los corazones solitarios se acompañan en los sueños y que los sueños se cumplen si el tiempo se mata y la muerte se transforma en vida.
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Que bello! ¿Eso será para quien debe ser o para quien piensa que es?
ResponderEliminarEso es para quienes lo vivieron.
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