sábado, 11 de abril de 2009

Un 12 de abril del 2mil 2...

El futuro siempre se ha mostrado incierto, totalmente difuso, pero ahora más que nunca.
Me demoré meses en aceptar esta realidad. Pasé días enteros cuestionándome por qué la vida es como es. Sé que en algún momento tendremos que morir, pero aún hay algo que no logro entender y creo que sólo lo sabré en el instante en que ella logre dar su último suspiro... suspiro que prometió regalarme y que acepté como si fuese lo más bello en esta vida.
Hoy más que nunca quiero y necesito (por el simple y complicado hecho de quererla demasiado) que descanse y encuentre la paz, a pesar de saber que eso significa la muerte.
Hace un par de semanas no tenía la valentía ni siquiera de pensar en esto, y no precisamente por sentirme egoísta, aunque así lo sentí por un tiempo, simplemente porque me duelen cada uno de sus quejidos... como si fuese yo quien estuviera muriendo.
Ya es suficiente, este es el momento de terminar, la vida sigue, el sol brillará igual, las estrellas seguirán latiendo, nosotros también moriremos contigo, pero la diferencia es que seguiremos aquí... y tú ya no, por lo menos no de la misma manera.
Ya iremos nosotros, cuando nos toque, cuando nos llamen.
Creo que todos tenemos algo que hacer aquí, llámalo como quieras. Estúpidamente algunos piensan que la misión de la mujer es sólo procrear, pero yo pienso que no necesariamente es así. Y sí, como madre lo hiciste perfecto, pero no sólo viniste a eso... nos enseñaste lo que es la fortaleza y ese es el mejor recuerdo que tendré de ti... un ejemplo de lucha, perseverancia... la mujer más fuerte que conocí en esta vida.
A lo mejor, lo más probable, es que si algún día llegas a leer esto creerás que nunca me importaste, que jamás te quise, pero el día que mueras yo estaré, en el fondo, igual o tal vez mucho más feliz que tú, porque sé que lo deseas y que anhelas ese reencuentro (ese del que tanto me hablaste!!).
No sé si estoy loca o si los demás lo están y en esta historia la única cuerda soy yo, no lo sé, pero sea como sea y aunque me derrita en lágrimas, sé que compartiré tu alegría.
Sé que no le temes a la muerte, por eso yo no temo que te mueras, sólo temo que sigas sigas viva por miedo a causar miedo.
Me importa una mierda lo que piense la gente, algunos de sus comentarios son tan nimios a mis oídos que te juro que hay instantes en que los mandaría a todos a la cresta... no me agradan los comportamientos hipócritas y por lo mismo no me reprimiré más...
He sufrido mucho, he querido desaparecer. Me he cuestionado por qué tuve que ser yo la "elegida" para estar contigo cuando has estado tan mal, he sentidfo odio, he derramado lágrimas de rabia, me he preguntado qué tan malo hiciste para sufrir tanto.
He tratado de ser fuerte, he querido saber con exactitud el día en que morirás, he soñado con tu funeral y he pensado meticulosamente en todo lo que haré ese día.
Sin embargo, en este camino, aprendí a quererte mucho más que antes, ha valorar la gran mujer que eres, ha sentirme orgullosa de ser tu nieta.
Me has enseñado tantas cosas en tan poco tiempo... tácitamente, incluso, me regalaste la alegría de compartir contigo tu muerte.
Es cierto que ha sido una etapa llena de tristeza, dolor y sentimientos encontrados, pero también ha sido hermoso descubrir que esta cuenta regresiva, será la mejor lección que me dará la vida... tus palabras quedarán grabadas en mí por siempre.
Te quiero y deseo que puedas respirar paz.
Sé la paloma que aún yo no puedo ser y te prometo que me harás feliz.
Serán tus palabras, tu silencio, tu mirada de niña o a lo mejor tu mano la que pedirá despedirse de las mías... como sea, yo no te diré adiós porque algún día volveremos a encontrarnos... ¿recuerdas nuestra promesa?
Quizás tu cielo es distinto al mío, nuestros horizontes han sido opuestos, tu Dios en mi mundo no existe, pero qué importa, hay algo que siempre nos mantendrá juntas... por eso cada vez que mire las estrellas estaré viendo tus ojos y sé que tú los míos.
Ojalá allá encuentres las paz y la tranquilidad que tanto anhelas.
Te quiero tanto, Lala...


PENSAR QUE TE FUISTE AL OTRO DÍA DE HABER ESCRITO ESTO... PENSAR QUE YA HAN PASADO 7 AÑOS... MEJOR PENSARÉ QUE YA ES TIEMPO DE CUMPLIR NUESTRA PROMESA... TE ESTARÉ ESPERANDO, CON UN CIGARRO EN LA MANO...

DETRÁS DEL TELÓN


Se cansó de deambular por los escenarios, de encarnar a personajes revestidos de lujuria y sonreír con hipocresía a cuanto sujeto se le acercara. Decidió darle un vuelco a su vida, sacarse el maquillaje del rostro, dejar las plumas para decorar un florero y poco a poco convertirse en la protagonista de su propia historia.
Tomó su maleta y sin aplausos -como en un espectáculo sin público- emprendió su viaje.
Ahí se encontró con una mujer de ojos tristes y melancólico caminar; en ese lejano lugar, se descubrió en un escenario sin luces, y al mirarse al espejo supo que el mejor de los espectadores eran las arrugas de su rostro y que la verdadera vida se encuentra detrás del telón.