Y seguí caminando, sin mirar atrás.
En el camino me encontré con un pedazo de mi baúl.
Quise continuar mis pasos de manera firme y segura (para no volver a caer).
Tuve miedo de encontrar fantasmas, tuve alegría de hallar fantasmas.
Vestida de temor, lo abrí...
El baúl se me había perdido; el baúl yo misma lo había perdido.
Quise olvidar su existencia, quise querer su existencia, quise amar su existencia, quise odiar su existencia...
Sonreí al ver papeles añejos, sonreí al escuchar voces y palabras perdidas... lloré por encontrar papeles añejos, lloré por escuchar voces y palabras perdidas.
Seguí caminando; miré hacia atrás.
En el camino me encontré con los fantasmas... me hablaban, me susurraban al oído, me besaban las manos, me cantaban en torno al tiempo, al pasado, al hoy y al mañana.
Pedazo...
Pedazos...
Pedacitos perdidos, pedacitos hallados, pedacitos guardados...
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Palabras precisas que tocan cualquier corazón que perdido busca pedazos, pedazos de recuerdos y sensaciones, que desearían ser primaveras vivas, sin mirar atrás, solo hacia el camino por descubrir...
ResponderEliminarLàstima que de pronto los pedazos son sòlo pedazos... pedacitos perdidos, pedacitos guardados...
ResponderEliminarPedacitos que siempre estarán...
ResponderEliminarPedacitos al fin y al cabo...
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